Ganar el juego está en los números
Cuando inicié en el mundo de las ventas cada “no” se sentía como una puñalada en el corazón. Tenía productos súper sexys, una gran actitud, además le vendía a mis amigos y familiares quienes como me querían seguro me iban a comprar.
Había omitido el detalle de que mis amigos y familiares no eran precisamente el arquetipo de mi cliente ideal, que mi acercamiento era tímido, me aterraba el rechazo y los primeros “no” hacían que me arrepintiera poquito a poquito de haberme metido a vender cosas.
Entonces, a pesar de haber llevado clases de filosofía en la vocacional, me puse a inducir que si una persona me decía que “no” era porque seguramente todas las demás personas lo harían, por lo que mejor me convencí de que ese negocio no iba a funcionar y era mejor seguir en la jaula de cristal hasta que me tocara retirarme.
El problema vino al instante después de que dejé el negocio, soy muy terco, siempre acabo lo que empiezo y no me iba a permitir sentirme fracasado solo porque había decidido no seguir, tenía que probarme a mí mismo que o triunfaba en grande o al menos haría todo lo que fuera necesario hacer antes de volver a tirar la toalla.
Dejando un lado mi ego de ingeniero, químico además, me dejé enseñar por quienes tenían grandes resultados en ese negocio. Un músico, un consultor empresarial, un químico farmacobiólogo coincidían en que todo era un juego de números.
Si quería vender 10 tratamientos para la piel, mi récord de ventas era que 1 persona de cada 10 me compraba, entonces por lo menos debía hacer todo el proceso de venta con 100 personas. Simples matemáticas.
Lo siguiente era que si un “no” me dejaba sin motivación por una semana, me iba a tardar como 10 semanas en obtener un logro y con lo que me iba a ganar no alcanzaba para animarme a seguir, así que lo que tenía que hacer era por lo menos ir por un “no” todos los días para empezar.
Altos números comprimidos en un breve periodo de tiempo y la magia sucedería, de acuerdo a mis maestros, así que con todo y miedo al rechazo comencé, fui agregando velocidad y de pronto ya eran 5 “no” diarios.

En la foto 2 de marzo de 2018, reportando desde el Pão de Açúcar en Rio de Janeiro, en mi segundo viaje internacional a Brasil pagado exclusivamente con el dinero de mis ventas.
Mis mentores tenían razón, muchos contactos, tantos que si el 90% me decían que no ni tiempo me diera de deprimirme porque tenía otros 100 por contactar y atender a los que me decían que sí. Así ganaba el juego con números.
Ahora que me encuentro recaudando capital para mi empresa, nuevamente tengo una oferta irresistible, rendimientos muy atractivos, un negocio sólido y en expansión que me respalda, solo que aquí el 99% de las personas le tiene miedo al dinero así que más o menos una de cada 100 agarra la oportunidad de darme su dinero para que mi socio y yo lo hagamos crecer.
Entonces todo es cuestión de volver a aplicar el juego de los números, hoy mandé más mensajes que todos los días anteriores y se siente tan bien que hasta se me olvida cuando me ignoran o me dicen que no porque hay más contactos por hacer y llegaremos pronto a la cifra.
Así que aquí tienes la invitación, escríbeme si eres de ese 1% que disfruta de ganar dinero.
— J.