Ser antes que hacer
Después de un fin de semana de entrenamiento intensivo y de un viaje de 7 horas de regreso, lo que debía ser solo una cena con mi socio para ir a descansar, se convirtió en una conferencia sobre cómo escribir una nueva realidad.
Es algo inevitable y mis amigos, o colegas, con quienes tengo la oportunidad de compartir una comida o un café, saben que normalmente terminaré dando una charla acerca de un tema que impulse su crecimiento personal, profesional o financiero.
Lo que pasa es que así soy.
Ante cualquier oportunidad me desbordo para explicar lecciones que causen un impacto positivo en la vida de mi interlocutor, hacer que las personas con las que tengo contacto se vayan sintiendo mejor que cuando llegaron.

No se trata de que sea mi trabajo, o si habrá algún intercambio económico, sino del llamado de mi ser para hacerlo, de manera natural, prácticamente instantánea.
Cuando haces algo que te aburre, que te tiene harto, que te parece muy difícil o te agota rápidamente es porque está en conflicto con tu identidad.
Como cuando te tienes que poner a dieta, tu gordito interior odia cada ensalada que le pones enfrente, a la primera oportunidad se dará un atracón de comida deliciosa.
Sucede también en el momento que tienes que hacer la rutina en el gimnasio, pero eres sedentario, canjeando una hora de ejercicio por un maratón de series.
O te gustaría mejorar tus habilidades con el dinero, solo que tu ser que prefiere la gratificación inmediata, en lugar de inscribirse a Decode the Money, elige una super fiesta en la playa con sus amigos (aunque luego ande llorando cuando llega el estado de cuenta de la tarjeta).
Como le presenté a mi socio esa noche, no se trata de que tengas que forzarte a hacer algo o que algo funcione para ti, te conviene más escribir una nueva identidad, la de esa persona que naturalmente se alimenta bien, hace ejercicio regularmente e invierte fuerte en su desarrollo personal.
Sé un atleta.
Sé un decoder.
— J.