Como todo un maestro para impulsar la “inspiración” mi amigo Alfonso López nos reto en #StoryMakers a escribir sobre nuestra ciudad, algo que me deleita en sumo grado.
Desde niño soñaba con ser un gran empresario. En mi mente, ese sueño siempre ocurría en lo alto de un rascacielos, en una oficina con ventanales gigantes, reuniones con personajes influyentes y una vista privilegiada al Castillo de Chapultepec.
Nunca me imaginé en medio de un bosque o frente al mar. Mis sueños crecieron rodeados de concreto, tráfico y edificios altos. Y eso tiene sentido: nací y crecí en la Ciudad de México, un lugar donde el entorno no solo condiciona lo que veía y también lo que creía posible.
La ciudad donde creces te instala una arquitectura invisible. No me refiero solo a los edificios o avenidas, sino a las estructuras mentales que normalizas desde pequeño: lo que es aspiracional, lo que parece posible, lo que se considera éxito.
En la Ciudad de México, las distancias son grandes, el ritmo es frenético y todo parece siempre en construcción, es fácil asociar el crecimiento con altura, el poder con vista panorámica y éxito con tener una agenda llena de reuniones. En el contexto en que he crecido, soñar en grande es sinónimo de subir. Más pisos, más influencia, más metros cuadrados de logros.
Y no es coincidencia. La ciudad educa, no solo con escuelas, sino con símbolos. El Ángel de la Independencia, la Torre Latinoamericana, el WTC, el skyline de Reforma, todo eso le habla a la imaginación de un niño que quiere “llegar lejos”.
No es coincidencia con que la primer oficina que rentamos, mi socio y yo, para nuestra empresa estuviera en el piso 42 de un rascacielos de Reforma.

Recuerdo como me encantaba ver los vuelos en helicóptero de los edificios cercanos, sabiendo que un día podré saltarme el tráfico llegando a la oficina de esa manera.
Sin duda, la ciudad donde he crecido ha forjado mi contexto de forma impactante, ver la gran cantidad de oportunidades que existen, toda la variedad de productos y servicios que están al alcance, poder estar día a día en las alturas, ha sido mi inspiración para construir proyectos enormes.
Hacer consciencia del impacto del lugar donde vivo en mis metas y objetivos ha sido un ejercicio muy revelador.
De la misma manera el lugar donde has crecido, las personas con las que te rodeas, lo que se considera “normal” en tu entorno forma parte de los resultados que has tenido hasta ahora.
Cuéntame cómo ha impactado en tu vida el lugar donde te has desarrollado, te leo.
— J.